mercredi 23 avril 2008

Batiburrí político


Dejando atrás los vientos. Memorias 1982
GUERRA, ALFONSO
ESPASA-CALPE

Tras leer el primer libro de las memorias del, a mi juicio, mejor político español de la reciente democracia se nos quedó un mal sabor de boca porque el engolamiento del estilo hacia muy pesada la lectura. El excelente político es bastante mal escritor y encima tiene el agravante de ser muy aficionado a la literatura con lo que intenta hacer de "buen escritor". En resumen el resultado del primer tomo "Cuando el tiempo nos alcanza" era irregular: un contenido muy interesante en un continente denso e intragable.

Ha mejorado Guerra en el segundo tomo. Aunque amenaza con su mismo estilo, hacia la mitad del nuevo tomo "Dejando atrás los vientos" el autor opta por la facilidad de palabra que le caracteriza en su estilo oral y mejora de manera notable el total.

Intercala Guerra la acción política, pero de manera muy sucinta y sin entrar en el fondo de los temas y su actividad extragubernamental: presentaciones de libros, recuerdos de autores, inicios de fundaciones literarias y actos similares. Si bien la primera parte es de sumo interés la segunda es un intento vano del autor por enseñarse como tipo culto y de sensibilidad refinada que no viene al caso.

Es de agradecer que el vicesecretario histórico del PSOE no traté de pagar viejas facturas o al menos no demasiadas y que no intenté ponerse demasiadas flores, pero se echa en falta un poco más de valor en los juicios sobre las personas que intervienen para poder tener un perfil más claro de las opiniones del primer vicepresidente socialista de la democracia. Lo mejor de estas memorias es el didactismo del que se hace gala para explicar detalles de la gobernación que pueden ser ajenos a la mayoría y las anécdotas lo pero es que no se sigue ningún orden con saltos temporales sin sentido y una organización caótica y los ya mencionados discursos embellecedores-literario carentes de relevancia.

Tampoco entiendo muy bien el corte en 1991 d de estas memorias dejando para un posible tercer tomo la parte de la vida de Alfonso Guerra que iría desde entonces a la actualidad que va a quedar mermada notablemente de gancho y que hubiera sido, sin embargo, un complemento ideal al presente tomo.

En fin, aunque mejora Guerra con respecto al primer tomo en la forma, el fondo de sus memorias deja la sensación de haberse medido demasiado y de haberse mordido la lengua con frecuencia durante la escritura. Poco común el hecho para un hombre considerado, con justicia o no esa es otra historia, el sargento de hierro del socialismo español durante las décadas de los 80 y 90

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